Porque las industrias culturales afectan y cambian la cultura de sus públicos y producen diferentes significados, teniendo en cuenta que son bienes para el consumo y como tal, es accesible a todos. Estos bienes culturales se encuentran inmersos en la dinámica del mercado (mercantilizados). Además, la cultura se da en un escenario público: espacio de discusión e intercambio, donde las personas se relacionan intersubjetivamente.
Impone unas determinadas modas, estereotipos, movilizan las personas, crean ideologías y sentimientos, se vuelven parte de nuestra cotidianidad y muchas veces, pienso, se utilizan como disfraz para ocultar otros aspectos de la realidad sociopolítica que afectan de un mayor modo aspectos sociales, económicos y políticos que permiten el buen desarrollo de un país. Pienso que en esto también tienen responsabilidad algunos medios de comunicación masiva, pues debieran tener en cuenta la agenda de país a la hora de programar la parrilla y secciones de sus medios y no preocuparse sólo por entretener y entrener a las masas, como si se quisiera tapar con un dedo otras realidades que la mayoría de las personas no saben, precisamente porque estos programas no permiten generar opinión crítica, ni reflexión.
Teniendo en cuenta el aporte de Adorno Horkheimer, crítico de la escuela de Frankfurt, las industrias culturales son una maquinaria que impone: una serie y estandarización, una moral del éxito, unos estereotipos, un autoritarismo en el hombre, selección de valores, fragmentazión de las masas (gustos) e imposición del consumismo.